Ya lo cantaba Golpes Bajos: «Malos tiempos para la lírica...» Toca correr cuando suenan las cuatros de los forestales. Toca acordarse del cielo cuando nuestra cabra ya no admite más remiendos y pide la jubilación, toca sufrir. Hay que aguantar con los sietes del pantalón, las bolas de la camiseta o los mordiscos de las botas, porque son malos tiempos. Incluso ahora que el invierno acecha la lúgubre perspectiva de tener que contemplar la bella montaña leonesa cubierta de nieve durante los largos fines de semana en lugar de correr a disfrutar en su seno, resulta insoportable. Pero lo peor de lo peor no es eso. Hay una sensación aún peor.
Para un aficionado comme il faut, lo peor de lo peor es tener que quedarse en tierra, por lesión de la máquina o por avería del piloto. Ver a los compañeros arrancar las motos, percibir ese aroma a carburación trialera, a desafío, a superación y a satisfacción. Quien no se emocione con el ronroneo gordo de las trialeras y su rugido potente al esfuerzo, es porque no se merece la suerte de pilotarla.
Solo las pasiones son capaces de unir a los hombres.
Cena de trabajo de las "stormy minds" del Club en los salones del Trial Empire Canaleja's Building, donde albergamos el cuartel general logístico y el departamento central de I+D.
Uno de los habituales entrenamientos en nuestro circuito permanente del Canaleja's Criterium Pavillion: Los Chikis se esfuerzan en pasar un talud de tierra.
La peligrosa banda de delincuentes habituales adictos al vicio y al pernicio posa junta a la Olla del Robledal -zona de entreno en Canaleja de Torío- bajo la tutela de nuestro insigne vice-presidente Don Pedro el Digno.
Maléfico Sergio y Starman practicando en nuestras instalaciones del Centro de Alto Rendimiento de Vozmediano.
Starman alecciona a uno de nuestros avezados lebreles, nuestro mayor tesoro (los lebreles, me refiero...)
Luis corona la zona 2 de Boñar asistido por Maléfico Sergio y nuestro nuevo quaestor Pablo.
Starman -siempre muy atento con todos sus admiradores- complace a Jordi Tarrés posando junto a él durante el cursillo de Vozmediano. Es una opinión personal, pero yo creo que el moscódromo de Rubén está mejor abrillantado que el de Jordi...